La XIX Cumbre de la Francofonía, que se clausuró el 5 de octubre de 2024 en Francia, destacó la riqueza cultural y las oportunidades económicas del espacio francófono, con especial énfasis en la innovación y la cooperación dentro de los países miembros.
La XIX Cumbre de la Francofonía, que finalizó el sábado 5 de octubre de 2024 en Francia, estuvo marcada por un rico programa cultural y económico. Treinta y tres años después de la edición de 1991, este evento reunió a cerca de 120 delegaciones internacionales, entre ellas unos sesenta Jefes de Estado y de Gobierno, entre la Cité internationale de la langue française de Villers-Cotterêts y el Grand Palais de París. La cumbre brindó la oportunidad de reflexionar sobre el futuro de la Francofonía, haciendo hincapié en dos grandes ámbitos: la cultura y la economía.
Valérie Senghor, Secretaria General Adjunta de la Cumbre de la Francofonía, subrayó el carácter simbólico de este regreso a Francia, en un contexto en el que la Organización Internacional de la Francofonía (OIF), que ya cuenta con 88 miembros, está tratando de integrar este año a cinco nuevos países. «Un regreso simbólico, en un contexto internacional que ha cambiado enormemente, con una organización internacional de la Francofonía que ha sido profundamente reformada, y que sigue siendo atractiva porque atrae a nuevos candidatos», dijo.
Un espacio francófono en crecimiento
La cumbre, bajo la dirección de la Secretaria General Louise Mushikiwabo, abordó temas importantes. Por primera vez, representantes de la sociedad civil participaron en los debates junto a los jefes de Estado. La edición de este año se centró en el lema: «Crear, innovar y emprender en francés», destacando a la juventud como motor de las dinámicas económicas y culturales del mundo francófono. Los debates también se centraron en la evolución de la lengua francesa, especialmente en África, donde se concentra casi el 60% de los francófonos.
«Tanto si el francés es nuestra lengua materna como si lo hemos aprendido, se ha convertido en una pieza de intimidad. Lleva nuestros pensamientos, nuestras esperanzas, nuestras ambiciones, nuestras revueltas, nuestras emociones», dijo el presidente francés, Emmanuel Macron. Las palabras que pronunciamos condicionan las ideas que desplegamos, que a su vez condicionan la libertad que tenemos. Es por eso que debemos apoyar su enseñanza más que nunca, una educación de calidad, para permitir que todas y cada una de las personas francófonas construyan su carrera educativa y profesional».
En este contexto, la Francofonía se afirma como un espacio multilingüe, en el que la lengua francesa se codea con otras lenguas, manteniendo al mismo tiempo su papel clave en la cooperación técnica y cultural. «Es importante descorrelacionar la francofonía de Francia, el francés va mucho más allá de Francia. Esta ambición fue llevada adelante por los jefes de Estado recién descolonizados de África y Asia como herramienta para la cooperación técnica y cultural. Esta idea de centro y sus periferias está completamente desfasada», insistió Senghor, recordando que esta organización va más allá de las fronteras francesas y abraza una dimensión global.
El potencial económico de la Francofonía
El aspecto económico de la cumbre se ha destacado con fuerza este año, con la exposición FrancoTech celebrada en París, en paralelo a la cumbre. Este evento reunió a más de 1.500 profesionales en Station F, un campus de start-ups, para promover la innovación y fomentar los encuentros de negocios. El objetivo es transformar el mundo francófono en un caldo de cultivo de oportunidades económicas, especialmente en sectores emergentes como la inteligencia artificial, la transición energética y los bienes culturales.
Un festival para celebrar la diversidad cultural
La Cumbre de la Francofonía también fue una oportunidad para poner de relieve la diversidad cultural de este espacio, con el Festival de la Francofonía celebrado del 2 al 6 de octubre. «Es una forma de llevar el debate a la plaza pública e invitar a todos a esta celebración, a experimentar la Francofonía a través del prisma de las artes y la cultura», señala Senghor, quien también es la curadora del festival. Bajo el título «Rehacer el mundo», este festival ofreció un amplio programa artístico con conciertos, exposiciones, proyecciones de películas y debates en varios lugares emblemáticos de París. Así, con este doble enfoque cultural y económico, esta cumbre puso de manifiesto el potencial de la Francofonía, tanto como espacio de cooperación artística como palanca de desarrollo económico para los países miembros.
Fuente: ecomatin